Mi gato murió... su nombre nunca importó

Friday, May 11, 2007

Inicio

Este desafío se vuelve seductor: Volver al lápiz y el papel por el puro gusto.

La propuesta arrojada será considerada, las páginas volverán a ser mi refugio: quiero vivirlo todo, escribirlo todo, disfrutarlo todo (observar, procesar plasmar), sin dejar nada al azar, como si se me fuera un poco de mí en cada letra.

No se trata de un retorno, es un nuevo comienzo en esta vida acostumbrada a los borrones, cada vez retomada desde nudos ciegos.

No quiero que se escapen nuevamente las horas y al mirar atrás no encontrar un motivo para levantarme cada día. La creación será mi pretexto y no habrá tregua a lo que siento. Acá no se trata de narrar esperando la aprobación de nadie: es una conversación con quien siempre he sido lo que pretendo capturar, como imágenes, olores y los más diversos sabores; con sonidos y gestos... todo se me hace indispensable para este propósito. Sin interrupciones.

El vacío se irá haciendo colmo de iras y sonrisas. Todo lo que soy. Un mito derribado, desnudez de alma. Con el calor de las ansias comiéndome las entrañas y el frío de las calles apagadas. En la más seductora danza de cortejo, permitiré todos los errores posibles y me lanzaré sin temores a todas las líneas de tren a mi alcance. Sin morir.

En un recreo interminable mientras los vehículos pasan sobre los cien kilómetros junto a mí.

Sentada en un andén, aguardando la llegada de un par de ojos. Dejándome crecer las uñas, mientras los recuerdos se hacen cada vez más borrosos. Se hará irremediable esta batalla a la angustia. Será inútil pedirme que vuelva a postergarme.

Sin enemigos más que mis propias taras (más que los temores que tengo de mis propias reacciones), vuelvo al casette de mi camino.

Y presiono PLAY.

0 Comments:

Post a Comment

<< Home